Desgraciadamente, no somos los Españoles personas muy dadas el establecimiento de objetivos, lo cual es una pena pues tanto a nivel personal como a nivel empresarial ayudan (y mucho) a sentir como los esfuerzos realizados merecen la pena en tanto que nos permiten la consecución de los mismos.
Cuando un empresario se marca como «objetivo» ganar dinero, está cometiendo, sin duda, el mayor error de base posible, pues seguramente nunca estará satisfecho con lo conseguido y siempre estará en «tensión» para llegar a mas, centrándose además en su rentabilidad como primer elemento de juicio.
Sin embargo, cuando somos capaces de establecer objetivos coherentes y racionales (en la imagen se muestran 5 características básicas que pueden servir para medir la eficacia de los objetivos a la hora de establecerlos), tendremos unos de los apoyos mas importante para centrar y orientar nuestros esfuerzos del día a día y si, además están bien definidos, seguramente nos ayuden a desencadenar la consecuencia esperada: Ganar dinero con nuestros proyectos empresariales.

Por ello es fundamental tener en cuenta quien «manda» en nuestro proyecto empresarial… que aún no te diste cuenta? Exacto, manda EL CLIENTE. Si al menos el 50% de tus objetivos no están enfocados a tu cliente, estarás cometiendo el segundo gran error de base en tu proyecto empresarial, por muy bueno que te consideres. Por mas que creamos tener un producto o servicio «único» o «exclusivo», la competencia avanza día a día y cada vez son mas cortos los periodos de explotación de un modelo de negocio novedoso, de forma que si no adaptamos técnicas y medios que nos permitan estar en contacto permanente con nuestros clientes y sus necesidades, es cuestión de tiempo que nuestro proyecto comience a perder fuerza.
Bajo que condiciones nuestro cliente no se plantearía cambiar de proveedor? Esa es la pregunta en la que reside la fidelidad de nuestra cartera de clientes y estamos obligados a planteárnosla si queremos seguir manteniendo vivo nuestro proyecto empresarial. La siguiente pregunta es, a que precio podemos satisfacer las necesidades de nuestro cliente? y por último pero no menos importante, estará dispuesto a pagarlo? En la respuesta a estas 3 preguntas tendremos seguramente la información necesaria para completar nuestros objetivos y «tirar hacia abajo» de forma que lo que aparentemente parecen solo objetivos de ventas o de fidelización de clientes acaben alcanzando hasta al último operario / trabajador de nuestra empresa, desde la Dirección Comercial hasta el departamento de Limpieza, desde el Director de Proyectos hasta los administrativos, todo el personal debe conocer y entender la importancia de sus actividades para conseguir los objetivos de la compañía, sintiéndose involucrados en sus logros.
Tal es la importancia de los objetivos empresariales que en la futura nueva ISO 9001:2015 el núcleo de la revisión lo constituye la «evaluación de riesgos empresariales», es decir, la identificación, una vez establecidos los objetivos, de los factores externos e internos de la empresa que puedan poner en riesgo su consecución, desde inestabilidades socio-económicas del país en que esté localizada la empresa hasta factores como la obsolescencia tecnológica o el personal, pero siempre partiendo de un claro enfoque: LA SATISFACCIÓN DE TU CLIENTE como pilar fundamental de la empresa a la hora de establecer los objetivos.
No podemos despedirnos sin recordarte que cuando un cliente recibe aquello por lo que ha pagado, aquello que se le había ofrecido, no estas generando valor ni calidad, estas simplemente actuando de forma JUSTA. La Calidad y el valor añadido empiezan en el momento en que acabas de entregar «lo justo» y el cliente comienza a percibir que recibe mas de lo que tenía previsto: mas producto, mas servicio, mas atención, mas prestaciones, mas atenciones ….RECUERDA: Cliente Satisfecho, Cliente fiel.