Sin duda, siempre que llega la hora de analizar el capitulo de «objetivos» del Sistema de Calidad los Auditores nos echamos a temblar… son pocas las organizaciones que se salvan de objetivos estándares y predefinidos y que unen sus objetivos empresariales con los del Sistema de Gestión. Las organizaciones que siguen esta senda tienen el éxito asegurado pues no pueden (ni deben) existir objetivos «aparte» de los objetivos empresariales, así que o bien los de «calidad» se integran en los objetivos generales de la empresa o bien al revés. Hoy me ha llegado un tweet magnifico: «Los optimistas siempre tienen un proyecto, los pesimistas, una excusa»… No hay que tener miedo a establecer objetivos ambiciosos; el verdadero riesgo es establecer objetivos mediocres y lograrlos, pues supondrán un lastre para la mejora del Sistema y, por tanto, de la propia organización.
